Capitu
Capítulo 235
Mientras Fabio aún estaba pensando en cómo responderle, escuchó a Loreto preguntarle: “Ya llegó la doctora milagrosa que va a tratar a mi abuelo?”
Jazmin habia pedido el dia libre y no había asistido a clases esa tarde.
Pero Loreto sabia que ella vendría por la noche a aplicarle acupuntura a Héctor
Fabio se quedo boquiabierto, su rostro mostraba que queria decir algo pero no le salían las palabras.
Al verlo asi, Loreto frunció el ceño: “¿Qué pasa, Fablo? ¿Hay algo que no puedes decir?”
“Si Fabiola Gran Dra. Jazmin ya llegó?” Abelia aún no sabia que la doctora de la que hablaba era Jazmin, solo habla oido que Héctor habia sido curado por una doctora muy talentosa y hermosa. Además de visitar a Héctor, también estaba ansiosa por ver cómo era esa doctora
Ella siempre adminó a las chicas que eran talentosas y bellas
Como Jazmin, jolla la adorabal
Y pensaba que en cuestión de belleza, nadie podría superar a Jazmin.
“Esto… Fabio dudó unos segundos antes de decirle, “La Srta. Jazmin ya está aqui
“¿Y ahora está dandole acupuntura a mi abuelo? Preguntó Loreto, con ganas de ir a buscar a Jazmin, “Entonces voy a ver.”
Queria ver cómo eran de impresionantes las técnicas de acupuntura de Jazmin.
Con solo unas agujas había logrado curar a su abuelo
“Guau, la Gran Doctora también se llama Jazmin, como mi idolo. ¡Yo también voy, yo también voy!” Abelia dijo emocionada, “Voy contigo a ver a la Gran Dra Jazmin en acción!”
Ambos se giraron para ir hacia donde estaba Héctor.
“Señor Loreto, Srta. Abelia. La Srta. Jazmin no está con Don Héctor,” Fabio los detuvo rápidamente, diciéndoles desde atrás, “La Srta. Jazmin está con Elio, ella está durmiendo en la habitación de Elio.”
¿Qué dijiste?” Loreto se detuvo en seco, girando, con una expresión de asombro, “¿Ella está con mi hermano ahora, durmiendo en su habitación?
Abelia también se llevo una mano a la boca, como si hubiera escuchado un gran secreto: “¿La Gran Dra. Jazmin está durmiendo en la habitación de Elio? Ellos… ya entendi, hace rato via Elio abrazando a una mujer, era la Gran Dra. Jazmin?”
Loreto, sin saber qué pensar, pareció atónito por un momento.
Fabio, temiendo que hubieran malentendido, rápidamente agregó: “La Srta. Jazmin volvió con Elio, estaba dormida cuando bajaron del coche. Elio dijo que necesitaba descansar, así que llevó a la Srta. Jazmin a su habitación.”
“La Srta. Jazmin solo está descansando en la habitación de Elio, no está pasando nada más.
Sin embargo, las palabras de Fabio no lograron mejorar el semblante de Loreto, quien apretó los labios, cerró los puños con fuerza y de repente se dirigió a paso ligero hacia las escaleras.
Abelia, sorprendida, le llamó: “Loreto, za dónde vas? ¿No–ibas a venir conmigo a ver al abuelo?”
Loreto no le respondió, sus pasos se aceleraron, subiendo las escaleras de tres en tres.
Dentro de la habitación de Elio, se sentía un ambiente cargado de masculinidad.
Elio colocó suavemente a Jazmin en su cama. La cama, de tres metros de ancho, hacía que la figura delicada y esbelta de Jazmin pareciera aún más pequeña y frágil. Su piel delicada, en contraste con el fondo negro de la cama, brillaba con un resplandor brillante.
No se sabia si era por el calor o por el vino tinto que había tomado tres horas antes, pero el rostro de Jazmin mostraba un suave rubor sus labios estaban rojizos y de su aliento emanaba un ligero olor a vino.